Cómo reducir el estrés en el trabajo

Nueva imagen (15)

La capacidad de manejar el estrés no sólo puede mejorar nuestra salud, sino que también puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso en el trabajo, de la misma manera que su exceso  puede interferir con la productividad y perjudicar nuestra salud física y emocional. Hay muchas cosas que podemos hacer para no dejar que el estrés invade nuestras vidas causando agotamiento y el sentido de falta de control.

Una de las causas que pueden generar estrés en el trabajo es el desorden. Para hacer nuestras vidas más fáciles y tranquilas, nos conviene organizamos de una manera mejor. Hacer listas de tareas nos ayudara mantener un control sobre nuestros asuntos pendientes. Si tenemos en nuestra agenda algo especialmente desagradable por hacer, lo mejor es hacerlo primero. A veces estamos tentados a empezar el trabajo con tareas fáciles para tener un sentido de logro, pero esta conducta nos crea aún más tensión cuando después nos falta tiempo para los asuntos importantes. Dejar de posponer, planear bien el tiempo y quitar las tareas de la agenda lo antes posible, es la única manera de evitar que el trabajo se acumule y nuestro estrés aumente.

También será de gran ayuda aprender a eliminar o disminuir las interrupciones. Selecciona una hora del día en que devuelves las llamadas telefónicas, leas y respondas a los correos electrónicos. Aprende a ser asertivo y no le des a la gente tu atención al instante a menos que sea absolutamente necesario. Busca maneras de hacer las tareas de forma más ágil y simple. Al estructurar la agenda, cuenta siempre con la posibilidad de algún imprevisto que puede ocurrir y asegurarnos que tenemos un margen de tiempo para ocuparnos de ello.

A veces nos preocupamos demasiado por las cosas pequeñas. Hay que darnos cuenta de que hay cosas por las que simplemente no vale la pena preocuparnos y otras que no se pueden cambiar. No pierdas el tiempo tratando de controlarlo todo, mejor céntrate en cosas que puedes controlar, como la forma en que reaccionas a los problemas.

Resiste el perfeccionismo. Recuerda que lo perfecto es enemigo de lo bueno. No hay situaciones o decisiones perfectas así que tratar de alcanzar la perfección en todo, simplemente añadirá un estrés innecesario a nuestro día. Por supuesto hay que tratar de hacer el trabajo de la mejor manera posible, pero siendo realistas al mismo tiempo.

Llega pronto al trabajo. ¿Te has dado cuenta de la diferencia que puede hacer salir más temprano por la mañana? Incluso 10-15 minutos pueden hacer la diferencia entre correr frenéticamente al escritorio y tener tiempo para empezar tranquilamente el día. Intenta estar pronto en el trabajo y una vez trabajando, toma pequeños descansos incluso si son solo cinco minutos. Aléjate de tu escritorio, da un paseo, relájate y respira profundamente.

No te olvides de lo físico. Aliméntate bien y duerme lo suficiente. Haz deporte. El ejercicio reduce el estrés, además, una persona más en forma está mejor equipada para manejar el estrés. La falta de sueño nos puede dejar vulnerables. Cuando estamos bien descansados, es mucho más fácil mantener el equilibrio emocional y trabajar de manera más rápida y eficiente.

Deja un comentario